Presentación de Mecánica del escorpión.



Mecánica del escorpión es un libro de instrucciones. Es un conjunto de poemas que se reúnen para conformar un manual cuyo fin podría ser abarcar lo inabarcable: la máquina y su funcionamiento. O, también, focalizarse en esos puntos de fuga que escapan al instructivo y por momentos, vuelven incomprensible a la experiencia social del sujeto y a su relación con el mundo que lo contiene. Hay una advertencia, una señal que requiere especial atención: para que este mecanismo se ponga en marcha, es necesario tener una guía a mano, una observación previa sobre cómo hacerlo  funcionar.  

En esta ‘mecánica’, los movimientos internos son guiados por los movimientos de los otros, los de afuera. Rememorando al carácter instintivo del escorpión, quien clava su aguijón envenenado de manera involuntaria aunque de eso dependa su vida,  según la famosa fábula, no es contradictorio suponer que su compleja ingeniería también lo vincula con la vida. Y es que el escorpión, así como Fénix renace de las cenizas, destruye para volver a construir y muere para renacer. Si el ‘otro’ (representado, tal vez, en la imagen del sapo que carga al escorpión para ayudarlo a cruzar el río) muere a causa de este comportamiento, no será sino para reconstruirlo a partir de una mirada, también “re- edificada”.

Es así como en el poema “Caja de cambios”, las concepciones previas que se manejan de lo cotidiano, del quehacer ‘ordinario’, se modifican arrojando una luz nueva sobre los objetos y las personas que forman parte de él: “Mi amiga enseña un lenguaje nuevo. / Limpiar es sinónimo de bailar/ ordenar de decorar, y triste/ ya no es sinónimo de angustiado/sino de inadecuado.”[Caja de cambios, p 54].

En otras situaciones, en otros estados mentales separados mediante los sistemas que conforman al instructivo, una cena inesperada modifica el paisaje de la cocina; el sonido de un cierre al bajar manifiesta estados de ánimo; las mudanzas no alcanzan, no soportan del todo la radicalidad de algunos movimientos y un monje se vincula con el mundo que lo rodea a partir de su contacto recurrente con el agua.

Tal vez porque “los lugares tranquilos en la vida están llenos de fuerza”, como afirma el epígrafe de Santayana que abre al libro, en “Mecánica del escorpión” es en esos espacios donde se instala el brío inicial, el eje central donde reside la verdadera potencia de la máquina.

Flor Defelippe
 

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